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Una realidad muy terrible pero no he podido verla hasta el final porque no descargó. Si continua navegando consideramos que consiente su uso. Gay Siria. Gay Siria Mr. Gay Syria. Países Reino Unido , Turquía. Año de producción Género Documental. Sobre la película En tiempos de guerra y opresión, visibilidad y esperanza. Te la recomendamos para Entender el presente. Dirección y reparto. Luego se arregló. Pero a veces hay que decir: "Bueno, hasta aquí hemos llegado, chicos".

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Por las mismas digo que, cuando te equivocas, hay que reconocerlo siempre, porque siempre se aprende de los errores. Pero sí, hay que tener un temperamento fuerte y, de cuando en cuando, sacar la zarpa.

Y como dice el Loco en el documental, que se lo dije yo, de cuando en cuando colgar a alguien delante de todos para que no te pierdan el respeto. Madonna en un concierto reciente en Zurich. Lo que ha cambiado es la industria. Nadie de mi generación se metió en esto por dinero, sino por una necesidad. Patti [Smith] lo decía, que ella se metió porque quería cambiar el mundo. Luego esto se ha convertido, afortunadamente para los que nos hemos lanzado, se ha convertido en una industria. Un amigo me mandó hace poco unas frases. Y me gustó mucho una: "En una época de crisis económica, las pasiones mutan en intereses".

Yo he hecho contratos de mucho dinero solo con mi palabra. Hoy día, o firmas la pasta y la pagas por adelantado o nadie te hace ni puto caso. Hay pocos cabezas de cartel para o 1.

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Y en Inglaterra otros mil o mil doscientos. Cada país europeo tiene centenares de festivales. Casi todos llegan a los 1. Se los van turnando.

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Son todos los mismos, que van dando vueltas. Para quien organiza un festival es jodido, porque ya no es que te tengas que dar de hostias con el resto de festivales de tu país, sino que te das con el resto de Europa. Salvo en el caso de Rosalía, la mayor parte de los cabezas de cartel son grupos consagrados ya en los ochenta y los noventa Es buenísima Rosalía. Cuando los Who salieron, entraban corriendo en las tiendas para robar las guitarras.

Rosalía posa con sus premios Grammy Latinos en las Vegas. Lo odiaron. Yo tengo fotos por ahí a los 16 años vestido con esmoquin como la promesa de la familia. Y al cabo de dos o tres años aparezco con un colmillo colgando de la oreja. La culpa fue de mis primos y mis tíos. Me gustaba el mundo de mi tío Vittorio [de Sica].

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Christian [su primo], me contaba cómo había estado con Ringo Starr, cómo había estado con los Stones de fiesta en su casa, porque la primera mujer de Keith, Anita Pallenberg, vivía en Roma. Hoy, los raperos —y no tengo nada en contra de los raperos— me disgustan profundamente las exhibiciones de diamante, oro y cosas de las que hacen alarde. Vilallonga decía que el dinero no tiene que ofender. Ahora ves mucha gente que presume de que tiene mucho dinero. Me parece vergonzoso e inmoral.

Pero si solo fuese salir de pobre… porque luego ves en el escenario a tantos tíos con tanto diamante y tanta mierda Me parece vergonzoso e inmoral". Soy muy amigo de Ricardo Urgell y Piti Urgell, los hermanos que fueron dueños del emporio. En aquella época, los grandes grupos también venían a discotecas, porque no había otros espacios.

Dice que se encontró una España gris, pero ya empezaban a aparecer grupos modernos, como Vainica Doble. Yo empecé por egoísmo, para ver los grupos que me gustaban y que no venían aquí. En París los había visto, pero aquí no llegaban. Yo sabía que las especies, también la humana, no se rigen por lo que oyen, sino por lo que ven, y en cuanto vieran a un grupo de guitarras e instrumentos también se mimetizarían y sacarían grupo.

Tuve una ruptura sentimental y me di cuenta de que era invisible en el mercado.

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No soy el físico que se vende en las portadas de las revistas ni en los pósters de las fiestas. Y me apunté al gimnasio. Y cuando estaba allí me preguntaba qué estaba haciendo, por qué. Confundimos las decisiones personales con el contexto que nos empuja a ello. Mira no, porque a lo mejor a ti no te gusto, pero hay alguien a quien sí. Porque si no, la construcción del relato del deseo va a estar siempre dominada por los mismos. Esa es la base y tiene que ver con lo dispuestos que estamos a desaprender.

Somos una generación que ha crecido con un lenguaje machista, con una homofobia interiorizada. Y es ahora cuando empezamos a darnos cuenta de que hay que cambiar muchas cosas, y eso significa esfuerzo y trabajo. Que se han hecho extremadamente conservadores y que anteponen sus intereses y los privilegios que tienen como hombres. Paradójicamente, el feminista se ha disparado, con las mujeres lesbianas y las trans en la cabecera.

Ellas siempre estuvieron en el movimiento feminista, mientras que en el LGTBI a las trans no se les hacía caso e, incluso, en un determinado momento, se les rechazó porque se pensaba que daban mala imagen y que obstaculizaban esa asimilación a la sociedad imperante. Solo empezamos a crear discurso cuando llegó el sida.

Cuando dejó de ser mortal y pasó a ser una enfermedad crónica, nos volvimos a relajar. Y entonces surgió la reclamación del matrimonio igualitario, pero era un activismo que reclamaba acceder a los mismos derechos, no era un discurso identitario. Y yo sí creo que la sociedad nos tiene que aceptar con nuestras diferencias, porque nuestras vivencias son distintas, porque la gente de mi generación pasamos una infancia que es determinante a la hora de entender los adultos que somos, porque sigue habiendo acoso escolar por razón de identidad de género y orientación sexual… Por no entrar en cómo entendemos nuestras relaciones afectivas, de pareja.

De todo eso no hemos hablado porque en estos cuarenta años había que resolver. Feldman y Ilan H.