Cuando salgo por la puerta y ya fuera del recinto de los baños, alguien me agarra del brazo, con fuerza. Es él.
Una ruta por Madrid en busca del cruising perdido
Se dio y cuenta y me obligó a borrar las fotografías. Me entra mucha impotencia, tengo muchas ganas de enfrentarme a él, de decirle que adelante, que llame a la policía y que yo les diré lo que estaba haciendo él en presencia de niños pequeños, que les enseñaré las fotos. Pero decido callarme y le enseño el móvil. No soy nadie para decirle eso y, en realidad, tiene razón. Borro las dos fotos que había hecho y me voy. Al irme me insulta y me amenaza. Pues eso.
Salgo del centro comercial bastante contrariado, con el corazón latiéndome fuerte, pero también con una idea clara: Nadie debería exponer a la infancia a la sordidez que he vivido en estos baños.
Lugares más populares
Sólo me quedan dos lugares por visitar: Por el parque hay, sobre todo, personas paseando perros y otras haciendo deporte. Hace mucho frío, pero no tengo ropa de deporte, así que no tiene sentido que me ponga a trotar, de momento. Busco un sitio donde sentarme a esperar y ver quién llega. Cuando los niños se van, los mayores vienen a jugar aquí. A otra cosa. En seguida aparece una persona que, ni lleva perro, ni ropa de deporte. Camina mirando a su alrededor, y solo puede venir aquí a esta hora a una cosa, así que decido seguirle. Con sigilo, porque he aprendido la lección.
Y se mete en los arbustos. Es noche cerrada y dentro de los arbustos hay oscuridad total. Decido ir tras él, me adentro en la maleza, pero por culpa de mi medida cautelar, lo pierdo.
No intuyo mucho movimiento, pero tienen que estar practicando sexo. Es ahí cuando me lo encuentro de frente. No quiero que piense que estoy husmeando, así que le miro, intento buscar complicidad, pero no me acerco a él. Y de repente me siento, no me preguntéis por qué, a salvo. Pero camino firme, sin mirar qué pasa a mi espalda. Entro a desentumecerme y ordenar las notas que he ido tomando a una cafetería del paseo Pintor Rosales.
Me pido una Mahou, doble. Y me descubro pensando que la idea que yo tenía sobre el cruising y la realidad que me he encontrado no se diferencian tanto. Y me pregunto si lo mismo es que el buen cruising, el cruising de calidad, se ha trasladado a lugares menos céntricos.
Pero sobre todo hay una idea que me grita en la cabeza. Y, sobre todo, puedo ejercerla como homosexual declarado, como maricón.
En bares, por la calle, en clubs de sexo, en apps de ligue, en mi propia casa. Donde quiera.
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Y por no tener que esconderme. No tendrían que ver esas cosas", manifiesta una vecina del municipio. Pero lo peor es cuando se meten en los portales, o cuando no tienen cuidado y dejan los condones desperdigados por el suelo ", declara un residente del barrio. En este sentido, la lectora Mónica Salazar asegura en una carta a 20 minutos que a un amigo suyo le intimidaron en los servicios de Príncipe Pío: El pasado miércoles por la noche, este periódico pudo comprobar in situ los problemas que denuncian vecinos del Templo de Debod.
Poco antes de iniciar la ruta hacia la zona, unos agentes de la Policía Nacional que patrullaban la zona avisan: Una vez allí no hubo que buscar mucho: Cuando las luces se apagan, encuentras gente para follar seguro". Efectivamente, no hubo que moverse mucho. Al poco, uno que iba elegantemente vestido de blanco se marchó con otros dos después de orinar junto a un seto.
Lo que hicieron después, y dónde, ya forma parte de su intimidad. La palabra "cruising" empezó a utilizarse como una especie de "contraseña" en jerga gay. Así, los homosexuales podían hablar con otros homosexuales, reconociéndose entre sí, y evitando ser reconocidos por otros, especialmente en sociedades homófobas. Así, en los Estados Unidos la palabra "cruising" se utiliza exclusivamente para hablar de sexo gay. Cuando uno piensa en un camionero, piensa en el ideal del macho.
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Sin embargo, los camioneros pasan muchísimas horas en la carretera, y en esos momentos de soledad practicar un agradable rato de cruising puede hacer que su trabajo no les resulte tan duro. Con los camioneros, un si te he visto no me acuerdo y un aquí te pillo aquí te mato funciona perfectamente. Encarnan el ideal del cruising gay.
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